miércoles, enero 18, 2006

Algunas reflexiones botánicas


Me parece que volví a soñar con el patio del colegio...esto se está poniendo sospechosamente reiterativo. No importa, no me quita el sueño (jua) como otras cosas más importantes que si. De todas formas el tema es otro: El Jardín Botánico. Es un lugar bastante tenebroso, o no...mejor llamarlo...mmm...tampoco se me ocurre...es extraño y punto. Adentro es todo silencio, claro que hay ruidos, pero la gente pasa como solitaria por más que esté acompañada, tanto verde se funde con halos de nostalgia que pareciera salir de la gente que lee debajo de los árboles. Hay gatos, claro. Hay muchos gatos. Los gatos son seres bastante particulares. Si no hubiese gatos en el Botánico quizás no estuviera escribiendo esto. Los gatos van y vienen, estan, son, se dejan hacer y se van. Donde hay un gato hay otra energía. No por nada fueron tan polémicos en épocas pasadas, hasta perseguidos y asociados con magias de colores oscuros, de todos los colores después. Yo por mi parte los siento llenos de vida y energía, toco un gato y me siento más felíz...aunque esté triste.
En definitiva...mi plácida visita al Botánico terminó cuando se me ocurrió mandar un mensaje a una amiga a la que hacía semanas que no veía. Entonces ella me llamó, hablamos 30 minutos y me fui por Santa Fe...cuando me di cuenta estaba volviendo a mi casa, charlando de gatos, de fotos, de playas, de trabajo y de vacaciones. No me despedí del Botánico, así que desde aquí, gracias por darme todas las fotitos que saqué hoy.
Yo otra cosa...de noche no voy a pisarlo nunca. Se me hace que no debe ser un lugar muy placentero.

Adieu.-

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, sigo yo, despues del Guarda boske.. jo!

No me piaccen muchos los gatos.. bah no tendria uno, eso seguro :P me ponen de malas ver pelos en mi ropa (ke no sean mios, claro está)

bueno era para confirmarte lo que ya sabias ^_^